Debería refrescar ya la noche, pero no lo hace. Lo cierto es que las viejas costumbres nunca mueren, y el insomnio está tan asentado en mí que cuando no se hace presente solo, lo busco de una manera autómata, difícil en realidad. No es el calor lo que me desvela, es mi cabeza desquiciada, como siempre, incapaz de retener todas esas letras inconexas que se agolpan queriendo escapar de ella.
5 comentarios:
En el fondo sólo hay silencio
Y yo, sentada en el vórtice,
como una pequeña espora.
Parezco tan endeble
pese a las espinas
¡tan molesta!
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