viernes, febrero 25, 2011

El tiempo no espera

Ya se oyen las conversaciones desquiciadas de los pájaros, que vuelven.
Tiempo de fallas.


¿Dónde anidarán las golondrinas sin la fábica vieja?

miércoles, febrero 09, 2011

Lo siento, tu silencio desgasta.

Lo siento, tu silencio desgasta.

Es como el goteo incesante en una roca,
Que imperceptible,
Va abriendo surco.

Despacio, suave, invisible,
Pero inexorable.

Filtra.

Hiela.

Y da miedo.

Es la incertidumbre de quien espera,
Inmóvil en el espigón,
Expuesto a la intemperie.

Y por más que intenta guarecerse el pecho,
Al resguardo de un tabardo,
Las expectativas florecen,
Con sus raíces de espinas.

Arañan, despacio, invisibles,
Pero imparables.
Sangran.



Al deshojar margaritas, no siempre vuelves.

viernes, febrero 04, 2011

Un susurro


Lo guardo, todo, muy dentro, dejando que me inunde.


 Todo lo demás sobra.


4 de Febrero

El sol no me hace caso

Una pregunta. Breve y directa. Sencilla.
Respuesta sencilla, breve y directa, pero no acabada.
Dónde tú estés
Como un norte. Uno. Único.
Y algo que me guardo, atravesándome, un anhelo.
Dónde yo esté.

Mientras, doy volteretas, intentando encontrarme.
Siento la incertidumbre de la veleta, que gira desquiciada,
Golpeada por un viento alto y frío, que sólo yo siento.

No me gusta, pero hace un tiempo que sueño.

Escribe conmigo.

jueves, febrero 03, 2011

El problema es sencillo, la ecuación difícil.

No me conformo con tu ausencia, con el no saber(te)…
Con tanto hilo me estoy asfixiando, no es tu culpa, pero no estás.
Yo no estoy.
Si dejo de coser me caeré, al vacío y, diga lo que diga, soy frágil.

No pretendo que sigas mi estela, cometa, en mi tiempo.
Pero sí anhelo el día en que tus palabras se enreden con mis letras y,
enmadejen un cuento, único,
que no se enmohezca en cualquier rincón.

No me culpes por seguir encendiendo cerillas, una tras otra,
tal vez te sirvan de faro.

Pequeño baño de color

No es un buen año, pero no importa. Me he cansado del blog lacrimógeno en que se había convertido, del pobre Prometeo ya no quedaba casi ni el nombre.

Me gustan estos colorines. Aún no ha llegado marzo, pero empieza a intuirse el olor a pólvora.

Sigo en medio del océano, agarrada a una boya, decidiendo hacia qué lado nadar… pero lo cierto es que la dirección es lo de menos.


KulturArt