domingo, septiembre 24, 2006

Para dentro

Es increible la sensación. Retener el aire en el puño, suavemente, como si fuera un tesoro.

Frágil.


Todos somos tan fragiles. Un mero sonido que suene a palabra, que llegue a tu mente, que venga de otra mente, que golpee la cabeza, y de pronto se cese... es suficiente. Un sonido, a veces imaginado, leido entrelineas, escondido de los ojos escrutadores... y luego el silencio, esa ausencia llena de ruidos estridentes, de trompetas y cajones desordenados... hojas y hojas de cálculos, aproximaciones matemáticas, ceros y unos... y nada. Que no hay nada. Pero sigues arrugando trocitos, como te arrmolinas entre las sábanas, a punto de dormirte... al final sólo queda la imaginación.

domingo, septiembre 17, 2006

fósforo

Estos días pensaba en la lluvia, en la lluvia que te llevó, me dejó, nos inundó. La misma lluvia que viene y va todos los años, que a tí te saca brillo, y a mí, a mi me cubre de pliegues. Pensaba en mil cosas, como suelo hacer siempre, por estas fechas, pensar para no pensar, paradoja estúpida. Pero al final siempre sales, como si nada, como siempre, como entonces, y tu belleza me empequeñece, pero de un modo tierno, de un modo bueno, limpio, neutro... con ese aire raro que trae la distancia insalvable. No es que llore menos, no lo hago. Cada vez que trato de leerte, en voz alta, se me quiebra la voz, como si te la llevarás contigo, para oírme, entre cascabeles... pero mientras se me nubla la vista, la arruga de la comisura de mi boca se acentúa, en una mueca leve, pero libre, dolorosa pero fresca.

Hoy no llueve, como aquel día. Aquel día.

viernes, septiembre 01, 2006

una cerilla

Hace ya un año que empecé en esto. No soy muy de celebraciones, ni de fechas, por eso no he buscado el día exacto. Se que era agosto, y eran fiestas. Ahora ya empieza septiembre. Siempre llega, aunque mires hacia otro lado...

Aún recuerdo cuando septiembre no era más que otro mes como octubre, o noviembre. Siempre es el fin y el comienzo de algo... recuerdo los nervios por el nuevo curso, el fin del verano...

Mucho más tarde... fuimos angeles!

Sí, y todo se volvió mojado, septiembre inundó todo. Yo creo que incluso me cambió las pestañas. Me volví más delgada, igual un poco azul, y me temblaron las piernas... como aquel día... ¿recuerdas? ¡¿cómo olvidarlo?!

¡Espero que me guardes todas las cerillas!

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