jueves, diciembre 31, 2009

Frio. Esta noche.

Sólo yo cuento mis lágrimas.
Mi tarro de cristal está lleno de agujeros, y el viento se arremolina dentro con tanta furia, que aprieto fuerte los ojos para no asustarme. Pero es inútil.
Tiemblo, tropiezo, caigo.

domingo, septiembre 13, 2009

Tormenta

Aire de tormenta.
Recuerda, ya es septiembre y acecha el 17.

Llueve, no hay tiempo para pensar mientras relampaguea y truena.
Todo empieza de nuevo, todo acaba otra vez.

Se mueve la habitación.
Aire de tormenta.

Es difícil. Siempre es difícil.

Lo importante no es que sea septiembre, diciembre o febrero.
Febrero.

Aquí estoy, con mis pestañas enredadas y asustada.

Aquí estoy, sintiendo este aire helado, que me hacía falta.
¿Reaccionar? ¿razonar?

¡¿Qué importa?!

Aire de tormenta que mueve la habitación, repiro, respiro, respiro...

¿dónde he estado? ¿dormida? ¿cansada? ¿dolida?

Me muevo, me muevo, me muevo

jueves, septiembre 03, 2009

Septiembre

Golpeo el cristal, hundiendo mis dedos en ese líquido pegajoso que el calor ha trasformado lo sólido…
Sólo hay asfixia. Silencio. Preguntas, palabras que no se emiten.
Sólo hay sombras de unas huellas que no han pisado.
Golpeo desde dentro, toda la sangre densa que vaga nauseabunda por mis venas…
Sólo hay miedo.

sábado, agosto 01, 2009

¿Quién dice que no hay sonido en el vacío?

Cristal frío, insípido, silencioso.

Mi piel es de cristal,
Y mis entrañas de aire.

La voz que no emito,
Clava sus garras por dentro,
Mientras cae al vacío,
En espiral.

Siempre en espiral.

No me ves, no me oyes,
No me sientes, no me tocas,
No sueñas, no buscas, no esperas…

Cristal frío, insípido, silencioso.

viernes, julio 17, 2009

hoy

Un paso.
tropiezo
caigo
me rompo
me levanto
sangran las rodillas
y sigo

respiro bajito
no vaya a despertar a los duendes


las cosas que guardo
no caben en mis bolsillos

y mis recuerdos se desordenan
en todo mi caos

pero tengo
mi pequeño cofre
lleno de gotitas de felicidad

martes, junio 30, 2009

tuve suerte, girando en esa esquina

Espero.
Tiene gracia,
Pero espero.

No hay rastro, no hay huellas,
Cometa,
No sigo, no giro, no duelo.

Tan leve.

Marioneta que mueven y no dice.
Hilos enredados,
Tan torpe…

Arrastro los pies, como jugando,
Tratando de romper el tiempo,
¡Mi molino de viento!

Doy la vuelta,
Y mi vestido rojo baila con el aire.

las piedras también se cansan

Caigo hacia dentro,
Sin espiral,
Directa,
En negro,
Sin red.

Vacío.

Fondo frágil,
Manos de cristal.

No hay aire.

Y el silencio duele,
Como pequeñas agujas en los ojos.
Las cerillas encendidas no duran.

Mi nombre no tiene sonido,
Y grito
Grito
Grito

Pero sólo hay vacío.

Caigo hacia dentro,
Sin espiral
Directa
En negro
Sin red.

Nada.

martes, junio 09, 2009

Shhhh!!

No estoy muy segura, pero creo que he visto un hada, y tenía las garras preparadas...

sábado, abril 11, 2009

¡Bienvenidos a Holanda!

Esperar un bebé es como planear un fabuloso viaje de vacaciones a Italia: compras muchas guías de turismo y haces unos planes maravillosos: el Coliseo, el David de Miguel Angel, las góndolas de Venecia… También puedes aprender algunas frases en italiano. Todo es excitante.
Después de meses de preparación, finalmente llega el día: haces las maletas y estás nervioso.
Algunas horas después, en el avión, la azafata dice: “Bienvenidos a Holanda”, “¿Holanda?”, preguntas. “¿Cómo que Holanda? ¡Yo pagué para ir a Italia! Toda mi vida he soñado con ir a Italia.”
Sin embargo, ha habido un cambio en el plan de vuelo, el avión ha aterrizado en Holanda y ahí te tienes que quedar. Así que tienes que salir y comprar nuevas guías de turismo, incluso tendrás que aprender un idioma nuevo.
Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible: se trata, simplemente, de un lugar diferente. Es más lento y menos deslumbrante que Italia. Pero después de pasar allí algún tiempo y de recuperar la respiración, empiezas a mirar a tu alrededor y te das cuenta de que Holanda tiene molinos de viento, tulipanes, incluso Rembrandts…
Pero todos tus conocidos están ocupados yendo y viniendo de Italia, presumiendo de los días maravillosos que han pasado. Y durante el resto de tu vida, te dirás: “Sí, ahí es donde se suponía que iba yo. Eso es lo que yo había planeado.”
Este dolor no desaparecerá nunca, porque la pérdida de este sueño es una pérdida muy significativa. Pero si malgastas tu vida lamentado no haber ido a Italia, nunca podrás ser libre para disfrutar de lo que es especial: las cosas encantadoras que te ofrece Holanda.

Escrito por Emily Pearl Kingsley, escritora de Barrio Sésamo, madre de un niño con Síndrome de Down.

domingo, marzo 29, 2009

domingos y cuadernos

No hay prisa.
Esta lluvia insuficiente me da un pequeño respiro... diminuto.
Se vuelve a colorear mi pelo, indefinido.
Estoy cansada.
Pero como siempre empujo mis huesos, duros, irrompibles.
No hay vueltas que dar y me como las palabras.

Y me trago mi orgullo, de paso.

sábado, marzo 21, 2009

Primavera

Vuelvo a caer
Inhalando este aire nauseabundo
Que lo inunda todo
Que sale de las paredes
Donde antes se vestía tu sombra

Vuelvo a caer
Y me sorprendo, de nuevo, sola,
Levantándome

Mis uñas siempre cortas
Sin arañazos
Sin dejar marca

Mi voz demasiado leve
Demasiado tenue
Demasiado blanca

No tengo tiempo para contar los días
Y medir el grado de afonía
No tengo ganas de ponerme a coser
De nuevo
Parches y retales, tapando agujeros

Vuelvo a caer
No es nuevo, otra vez sola,
Levantándome.

martes, marzo 03, 2009

Llueve

y no recojo agua, ni pongo cubos, o vasos.

viernes, febrero 20, 2009

cosas

Hay cosas que se acaban.

Mi mano izquierda, por ejemplo, cuento cinco, y se acaba. La recorro despacio, mirando mis dedos angulosos y llenos de nudos, pero pequeños, insignificantes y blancos. Veo mis venas azules, grandes.

Mi mano derecha, también se acaba. También puedo contar mis pecas.

Me quito el flequillo, ahora crece lánguido a los lados de mi rostro.

Lo más curioso, sigo mirando esperando encontrarlo.

lunes, febrero 16, 2009

Se va, febrero.

Se va febrero, contigo.
Esa distancia, que lo devora todo,
Que no para,
Que no llama,
Poblada de diecisietes,
Cubrió ese miércoles de lluvia mi sombra.

He guardado las lágrimas,
Y coso por las noches un collar brillante,
Mientras veo tu hueco.
El agujero profundo e infinito que dejas.

He estado lejos. He callado. Fría.

Y ahora abrazo tus cosas, que ya no huelen,
Y piso tus huellas que no se ven…

Se va febrero, contigo,
Y te llevas otro golpe,
De heraldo negro,
Aunque suave, tierno, ligero…

Te dedico mis pasos.

KulturArt