La sal.
Los pájaros de mal agüero,
Y las voces, las miles de voces.
María.
Y el barro que se seca.
Estamos todos.
Pero sin paredes,
Sin espadas,
Solos,
Solos en el ruido.
La sal sin algas,
Fuera del mar,
Enjugando.
Palidezco.
No es diecisiete,
Y me deshidrato.
María cogió su paraguas,
Abandonándome antes de tiempo.
Llegaría tarde.
Borró sus huellas.
Estamos.
Mis ojos, mis cuatro pestañas,
Mis clavículas,
Las dudas,
Y sobre todo la distancia.
Solo falto yo.
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