Huyo.
Corriendo,
cayéndo,
desgastando la piel,
piel sin más piel,
atrapada.
Remolino envenenado
que se enturbia,
me ensucio.
Ah, mi carita de luna,
palidece desganada,
no alumbra,
rama seca,
no me sostiene.
Salgo corriendo
por entre las sombras,
como entonces,
como siempre,
con los pies torcidos.
Me arrugo, trocito de papel.
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