En el fondo somos egoístas.
Los ombligos se interponen. No importan las contorsiones y los (des)equilibrios. Ahí están, como un abismo de acero -frío- -azul-
Tú. Asesino en serie. Cajas. Cajas. Cajas. En sótanos que se inundan.
Yo. ¿Yo?. Absurda. Un mosquito.
Y la nada que golpea como un mar furioso, devorando mis pies helados.
Cuando cubra... ¿cuanto tiempo podremos aguantar la respiración?
¡¿Qué digo?!
El único salvavidas es tuyo.
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