martes, abril 24, 2012

A quien sepa ver tras mi flequillo

Es raro este dejarse caer en el tiempo.
Será que se alargan los días y que hoy respiraba levante. Olor a mar.

Vuelven a florecer los lirios, pero el resto de mi jardín imposible no acaba de desperezarse. Como si aún no fuera primavera. No preocupa demasiado, ya llega mayo. Me gusta mayo.

Afuera el aire es hostil, los periódicos son más grises, las máscaras se han desteñido y algunas empiezan a cuartearse.

El café de las horas perdidas ha perdido su brío.

Los hombres grises dicen que van a salvar el mundo. No llevan capa. Al menos, si fueran vestidos de chillón y con la ropa interior por fuera, podría sonreír al verlos. Ni eso.

Se abre el telón: ¡ailinus, ailinus!.

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