El cielo amenaza, como si quisiera volverme gris. No llueve, pero no ha dado tregua a la luz tecnicolor.
Podría hablar de mil tonterías, como los gusanos invisibles que devoran los calcetines en la lavadora, o la rebelión de las cortinas (eso me recuerda a días... que ya estan tan lejos que parecen de papel). ¿Y dónde están los almanaques?
Hago limpieza, pero cada vez tengo más cosas guardadas... no hay forma... ni con botox las arruguitas dejarán de estar llenas de recuerdos... y yo crezo, de eso no hay duda, pese a mi reticencia, pese a que me agarre con fuerza al filo de la navaja... ¡odio las certezas!
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