domingo, enero 21, 2007

aún no es 24

Tenía cosas que decir.
No, no es que no escucharas,
es que yo nunca decía,
y miraba mis manos,
que temblaban,
tan frías,
no querían hablar.

Nunca supe qué decir,
y eso que siempre volaba,
volábamos,
tan lejos, tan cerca,
como dioses despreocupados.
Pero no había cubierta,
no teníamos cubierta
para nuestros cuerpos desnudos,
tan expuestos,
tan fríos.
No me supe guarecer.

Y a veces,
como enero,
doy vueltas.

Recuerdo las cosas que guardo,
los silencios que dejé escapar,
mirando mis manos
que siguen temblando...
pero ya no siento el frío.

Soy mi guardiana...
siempre lo supe

aunque a veces
como enero,
doy vueltas.

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