domingo, octubre 09, 2005

Otoño

Se hace extraño parar un poco el ritmo, dar un giro y mirar alrededor, despacio. Darte cuenta que tu madre es una mujer y tu padre un hombre, de carne, con huesos, venas, y entender, entender como se comprende el tiempo, más bien se asume, sin dar demasiadas vueltas, en la distancia, sin querer saber mucho, como para no perder, para no dejar que se vayan. Son una mujer y un hombre, con sus historias, con sus secretos, secretos de carne, de huesos y venas... ¡tan humanos!

Y tan divinos. Por que son hombre y mujer, pero padres, como pilares fuertes, como sombra y cobijo, calorcito en el frio. Son isla... ¡aún tan humanos!

1 comentario:

Lidoneta -lacerillera- dijo...

Tiene una corona seca en la mesilla,
un cetro de cansancio en las manos,
una capa de cemento sobre los hombros.

Te recuerdo pululando por la casa,
con la mirada pesada y gacha,
con la mente en algún lugar oscuro.
Silente en mi infancia,
escondida en tu agujero demoledor.
Con miedo, mi miedo acorralándome,
buscando respuestas a tus silencios,
buscando errores a mis preguntas,
llenando tu espacio con reproches.

Viste un traje de clavos sangrantes,
arrastra una niña embarazada -apaleada-.
Un maquillaje lleno de golpes.

Te recuerdo rodeada de caramelos,
-trankimazin, prozac, y más silencio-
Disculpando tu ausencia con rencores,
odiando cada gota de tu herencia.
Con miedo, mi miedo acorralándote,
dejándote indefensa ante mis ojos,
juzgando tus derrotas con mi espada.
Llenando tu existencia de dolor.

Viste un cansancio de siglos,
un vacío de huérfana con padres.
Unos zapatos usados y pequeños.

Me recuerdo cayendo al olvido,
con tu mirada vieja y rota,
descubriendo tu ausencia desquiciada,
odiando mis miradas infantiles.
Con miedo, mi miedo acorralándonos,
dándome la comprensión que no tenía,
devolviéndome mis sentencias.

Viste un dolor tan sucio como el mundo,
pululando, silente, con sus pies hinchados.

Y mi recuerdo....
vaguea hipnotizado por el perdón.

02 Mayo 2003

KulturArt