Lo que tengo dentro sigue desbordándoseme por los ojos, pero lo que se va no se remplaza.
Arrastro los pies. A veces fuerte, a veces enclenque.
Soy veleta, no lo niego. Quizás por eso me enamoré de ti, de ti y de tus vaivenes, de ti y tu intermitencia…
Dime, cuando estemos frente a frente, ¿sabremos vernos?
Caen los años a plomo sobre nosotros. Mis sonrisas no son ya tan fáciles, tus cosas… ¿qué se yo de ti y tus cosas?
Somos un cuento inacabado…
Lo que ansío, lo que guardo, lo que quiero, lo que temo… está todo ahí, entre estas páginas que agonizan esperando tus manos, tus ojos, tu boca.
No te basto. Me repito.
Dime, cuando estas a la deriva nadando para llegar a tu puerto y, por más que nadas, por más que empujas, por más que quieres, no aparece ¿se sobrevive?