Lo siento, tu silencio desgasta.
Es como el goteo incesante en una roca,
Que imperceptible,
Va abriendo surco.
Despacio, suave, invisible,
Pero inexorable.
Filtra.
Hiela.
Y da miedo.
Es la incertidumbre de quien espera,
Inmóvil en el espigón,
Expuesto a la intemperie.
Y por más que intenta guarecerse el pecho,
Al resguardo de un tabardo,
Las expectativas florecen,
Con sus raíces de espinas.
Arañan, despacio, invisibles,
Pero imparables.
Sangran.
Al deshojar margaritas, no siempre vuelves.
1 comentario:
qué buen inicio y qué buen final. y en el medio una situación que conozco y retratás muy bien. besos!
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