Déjame embriagarme de tristeza. Tengo sed de esta tarde oscura, que no da frío ni calor, que pasa como lo demás, emborronado.
Mis dedos están fríos, y mis ojos secos.
Hace tiempo que no veo flores azules, que hagan juego con sueños de cielos hambrientos, con ponerme de puntillas y acariciar las nubes.
Hoy, este instante, es oscuro, como mis iris. Oscuros y opacos. Muertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario