no me digas que te llama la noche
con todas sus voces profundas
y ciegas
no me digas que no das vueltas
y vueltas
y vueltas
sobre el inverso de la cama
tengo sed de mi violencia desmedida,
de mi ira viciada de palabras
de mi furia sin norte ni vuelta
di mi nombre borracho de ausencia
y sala los golpes
que duela
¡qué duela!
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