En estos días entumecidos por el gris del extraño momento en el que vivimos, que aparezca mayo con tanta luz y calor, te hace pestañear con ganas.
Me encantan estas cerillas que he robado por ahí, me dan ganas de comérmelas o de prenderles fuego. También es culpa de mayo, siempre rojo y embriagador, como la fruta que empieza a aparecer al acercarse el verano.
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