de un inmenso y brillante azul,
gélido y soleado,
luz de invierno.
Todo es más claro,
ordenadas las palabras en cubos de hielo
en un curioso juego de cajas.
Será que soy fría,
paliducha de enormes venas azules,
gélida y oscura,
¡Qué difíciles son las noches de invierno,
llenas de pensamientos gritones
que se escapan de la cárceles cuadradas!.
Será que soy de la misma sustancia que la nada,
inútil,
vulgar y llena de voces.
Será que no importa que retuerza las horas entre mis dedos
ni que escriba o calle,
tan repleta de vacío.
Dicen que el tiempo tiene prisa,
y hay quien tiene miedo.
Hay quienes se visten de hastío.
El lodo,
helado, pegajoso, oscuro…
inmóvil.
Y luego está el vértigo.
Tic-tac, tic-tac
Hay quien tiene miedo.
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