En otro momento me pondría a escribir un cuento lleno de animales fantásticos, con garras y ojos grandes, húmedos y profundos. Describiría todas esas sombras que tengo dentro, que se acumulan bajo mi piel y me llena de voces... mis voces.
Pero este septiembre es raro. Demasiado fugaz, pero hecho de acero. Es como un calendario metálico, y sin embargo no señala las fechas. Tal vez han migrado antes de tiempo, no se.
Todo ha sido raro, como desprendido... incluso volver a escribir. Y yo ahora estoy más rubia.
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