No es tan fácil moverse en el silencio,
a veces hay gritos,
que aún apagados en el vacío,
dejan simiente.
Gota a gota, destejo palabras,
que no se quien se lleva,
pero no vuelven...
Y al contar con los dedos
-como con todo lo importante-
me faltan matices.
No es fácil seguir en el desequilibrio,
ser noctámbulo de día,
y guardar las horas en rincones,
esperando...
Y me digo...
¿es tu voz o es mi eco?