miércoles, marzo 30, 2011

Sin posibilidad

Cuando algo cae de tus manos y se rompe,
te da un vuelco el corazón y no vuelve a ser el mismo.
Se van desprendiendo trozos de cometa,
que se asfixian en un hielo eterno.
Tú no lo ves, pero las gotas que vierto, abren surco.

El sol erosiona, con una sonrisa malvada.

Por más que dé vueltas, nunca te veo,
y sólo acabo mareándome.

Se comprime el estómago, en un nudo imposible;
puedo sentir cada uno de mis músculos tensarse,
y el esfuerzo de mis ojos oscuros por mostrarse indiferentes.

Miro mis manos, blancas, pequeñas, frías.
Están vacías.
No importa cuánto estire los dedos,
soy yo, contra los molinos de viento.
Tú no lo ves pero, este espacio eterno, ahoga.

jueves, marzo 24, 2011

martes, marzo 22, 2011

Fuera, el viento aúlla.

Aquí, en la pecera,
el día está simplemente esbozado,
como si nunca fuera a completarse,
aunque anochece ya.

Siento una quietud inventada,
que no cuadra con el desenfreno del reloj.

Una hoja que cae, lentamente,
para ser pisoteada en una carretera.

Aquí, dentro del espejo,
yo dibujo con cuidado los momentos,
como si tuviera el poder de retenerlos,
aunque todo se va.

sábado, marzo 19, 2011

Me empequeñece el silencio.

El tuyo me cubre de sombras,
como la extraña luz en un eclipse,
que logra callar el instante,
sembrando inquietud.
El abismo de Deimos y Fobos.

El mío, cuando es involuntario,
es una cárcel oscura.
Una noche con bruma caliente,
cegadora y asfixiante.
El abismo de Caribdis y Escila.

Trato. De verdad que trato.
Pero lo que no digo se enreda,
ovillándose.
Un remolino gigante que lo engulle todo.

A mí no me gusta hacer de enterrador;
prefiero sembrar el desastre,
hasta que las palabras quieran dejar de gritar.
A fin de cuentas, ahora he menguado tanto,
que de ningún modo podrías oírme.

No te molestaré.

viernes, marzo 18, 2011

Huele a ceniza


La inercia marea

Naipes









CERO
Pedro Salinas

I

Invitación al llanto. Esto es un llanto,
ojos, sin fin, llorando,
escombrera adelante, por las ruinas
de innumerables días.
Ruinas que esparce un cero —autor de nadas,
obra del hombre—, un cero, cuando estalla.


Extraído de: http://atlasdepoesia.blogcindario.com/2007/01/00194-cero-de-pedro-salinas.html


-Giambattista Vico, por lo visto, tenía razón-

Marte, rojo, con sus vástagos...  

martes, marzo 15, 2011

Pequeño manifiesto

Tiempos raros.
Etiqueta sencilla, infinita. Todo cabe dentro.

Sé que es mi culpa:
no niego el ansia y el miedo,
que pelean como hermanos.

Soy piel y huesos.

En el espejo,
no soy delicada, ni dulce. Pero tampoco fría.

Soy sangre que salta. No un latido mecánico,
no una piedra rodada, no soy mi voz silenciada.

Soy yo, la que grita escupiendo letras inconexas.
la de los botones en los ojos,
la muñeca de trapo con pies gigantes.

Absurda.

Pero yo. Sólo yo. Enana.

lunes, marzo 14, 2011

Marzo oscuro

La lluvia cadenciosa, me aletarga.
Hoy me pesan los párpados, como si estuvieran hinchados.
Globos que vuelan, no hacia arriba, caen para abajo.
Pero de forma sutil, calmada, gris claro.

Es un día narcotizado.
Como si se detuviera el tiempo.
Falso.

El mundo sigue.
 Tenemos pies de naipes.

Imposible asirse.

viernes, marzo 11, 2011

La cuerda

Los hilos que he ido cosiendo y descosiendo,
haciendo el enorme entramado que me sostiene,
tal vez no sean más que la cuerda que me mueve.
Tú, el titiritero.

Yo, una araña oscura y torpe que muere de hambre;
idiota de mí, sólo tejo por la belleza de tejer,
sólo destejo para poder respirar,
encerrada en un capullo sin función.

Soy la reina del absurdo.
Mi cetro es la ridiculez y lo fatuo,

Sigo dibujando el encaje traslúcido,
bello, delicado y frío.
Un velo tierno, trasparente.

Pero sólo yo inundo este espacio,
que se va llenando de sombras;
manchas negras que desgarran.

Cuelgo con cuidado todo lo que guardo,
meciéndome con cansancio.

Que yo te acune,
no hará que tú me abraces.

jueves, marzo 03, 2011

Día gris, neblinoso, apagado.


No están tus palabras que 
aunque no sacien, me dan un pequeño aliento.
Te tengo sed. 
Te guste o no.

Soy una lagartija de sangre fría que 
sólo se templa tumbada ante ti.
Me siento muy pequeña y emborronada.
Como un dibujo hecho a boli y tachado con saña.

Directa a la papelera.

Es el día, monocromo y frío, apagado.
O son tus palabras que no llegan
y yo, tu marioneta, 
no puedo ser si tú no me mueves.

KulturArt