viernes, noviembre 26, 2010

Auryn

En el fondo somos egoístas.

Los ombligos se interponen. No importan las contorsiones y los (des)equilibrios. Ahí están, como un abismo de acero -frío- -azul-

Tú. Asesino en serie. Cajas. Cajas. Cajas. En sótanos que se inundan.

Yo. ¿Yo?. Absurda. Un mosquito.

Y la nada que golpea como un mar furioso, devorando mis pies helados.

Cuando cubra... ¿cuanto tiempo podremos aguantar la respiración?

¡¿Qué digo?!

El único salvavidas es tuyo.

Mi clavo ardiente

Ya llega, diciembre tiritón. Con prisas.

De mala gana empujo mis greñas con mis pasos silenciosos... pasos que no dejaron huella ni migas de pan.

Y por más que trato... tu silencio saca brillo a una ausencia tan definida que tiene silueta, tiene ojos brillantes y garras.

Sujeto la mano de la sombra, con fuerza como quien se lanza al vacío infinito, y mientras sangro, me digo que al menos te siento, en la vorágine masoquista y desesperada de tanto vacío.

¿Qué hice de tu luz?

Nunca he visto una luciérnaga.

domingo, noviembre 21, 2010

caracola

Domingo. Siempre he tenido una relación amor-odio con las tardes de domingo.

Estoy cansada de mi caparazón de caracol melancólico. Pesa demasiado pero es cálido, y me acuna en su rorró marino, sobre la hamaca de tela de araña.

¿Porqué tendré esta manía de tejer? Ahora todo está enredado, las ideas, los sueños, los recuerdos, las voces, las risas, las lágrimas... y se me hace difícil escapar, es como un laberinto de algodón. Tétrico pero bonito. El caparazón tiene entrañas.

Me engulle.

En el fondo sé que es una digestión pesada: no puede tragarme.
El monstruo soy yo.

sábado, noviembre 20, 2010

No hay flores

Mis plantas estan verdes y frondosas, pero no hay flores. Ya ha llegado el frio, inundando desde el suelo todos los rincones.
Tú estás mudo, y yo me retuerzo en mi jaula.

Podría decir que me duelen todas y cada una de mis células, y no sería cierto, pero tampoco sería mentira. Me duele.

Me siento perdida, intoxicada de tanto silencio.

Será que me hago mayor, pero cada vez cuesta más, pese a calzar las mismas botas.

Me crece el pelo, insípido, en mi color indescriptible; mi flequillo es un ente indefinido que ya no sabe lo que es.
Tú no dejas ni siquiera huellas, y yo ya no tengo imaginación.

Mi exhibicionismo de blog se vuelve estúpido, sin tí, mi único público.

Puedo quebrarme, clávandome todos los pedazos hirientes que tejo, dramatizar, patalear, gritar... pero sé que no me oyes, así que me pongo mi careta, de témpano de hielo, y sigo...

...respiro. Eso es lo que importa... lo demás, literatura.

Tú, mudo.

jueves, noviembre 04, 2010

un sueño

Cambio cerilla por un sueño.
Mis pestañas por tu voz.

No quiero más ausencia.

Estoy en este bordillo,
esperando,
con mis manos pequeñas.
A solas,
con las paredes,
que no me hablan.

Mi locura, mi tiempo, mis uñas...
no son mucho.

No soy mucho.
A penas algo.
Pero no soy nada.

No vivo del vacío, del silencio...

Tengo frío.

KulturArt