viernes, agosto 11, 2006

desintegración

XphobIos

Pronto, muy pronto,
Dejará de arrastrar los pies,
Tomando con fuerza los hilos,
para cortar el aire.
¿Qué dejarás caer al mar?

Los días, las noches,
El viento, quedan en nada.

Inertes


No lo esperaba. Sí, sabía que ya no era elástica, ni divertida, ni bella. Escarchaba, sobre todo en verano cuando más la tocaban. Había llevado en su vientre miles de siglos de cosas, que ya estaban lejos, perdidas. Le dejaban mensajes, fotos… era importante, ella se sentía importante. Todos dependían de ella. Y sí, se veía vieja, aburrida y fea, pero la necesitaban; sólo le bastaba eso para empujar con fuerza y seguir con vida, con su vida blanca, ahora algo amarilla y raída. Incluso una brillante mañana de agosto, con mimo y cuidado le sacaron todo el estorbo que tenía dentro, limpiándola… se sentía nueva, jovial, aunque tosía y le costaba respirar… pero sintió un brío nuevo que le animaba a seguir empujando contra el tiempo. No duró. El golpe llegó de pronto, en el mejor momento, como llegan todos. Por la puerta trajeron a otra, mucho más joven, casi una niña. Hermosa, fuerte, grande, blanca ¡y azul! Nadie se despidió de ella, se la llevaron dos hombres, a los que no había visto nunca. Lloraba, pero nadie la sentía, y cerró los ojos.

jueves, agosto 10, 2006

un día raro

No tiene mucho que ver, pero cuando cuento con los dedos me doy cuenta de lo pequeñas que son mis manos. Podemos acercarnos, supongo, aunque hoy sienta tan clara la distancia que creo que sólo doy volteretas alejándome.

KulturArt